domingo

congelando

Naciendo todos los días cuando cabezea el sol
Con el sonidos de unas monedas en algún bolsillo de esta habitación
Música apagada, un vestido ligero
El cerebro de pone a jugar con pequeños impulsos
Aquí siempre conversan los mudos, entre copas sin llenar
Otro día en este planeta pero los pies hoy quieren volar.
No existe nada más sucio, un des-prendimiento del aire
Ese que decidimos dejar de respirar un día como hoy, un día como cualquiera.
Trepan por los árboles las ganas, colgando de las enredaderas en las fachadas de unas casas
Cuando tú entiendas su movimiento y respirar (nada sucederá).
Cantar ya no sirve de tanto, ¡todas las palabras se han pronunciado!
Las murallas no detienen las alas de las sílabas, llegan y se posan sobre
estas montañas de basura. Entre ellas, unos pájaros muertos.
Admito que siempre me dieron envidia sus cantos, su lenguaje
silencioso con sus gritos, como el agua corriendo através de mi.
Los dedos de una mano corriendo, apurándose, moviéndose
Ocultos entre telas antiguas, llenas de polvo
Rompiendo ventanales que parecían enormes, abriendo paso
entre unos colores que aquella vez inventante.
Un día en que las palabras ya no eran lo mismo, reverberando contra los límites
El borde liviano del concreto, las luces alzándose por el cielo sin sombra
Un café con desdén, calles que solo dejan caminar muertos por sus rincones
Encontrándose con aquellos perdidos, esos libros en blanco
Mezclados con el amargo sabor a palabras en condicional.
Un día como hoy se elevaron volantines
reían sus alas y se movián estáticos
hasta que un relámpago de callados refuerzos los golpearon.
Ese día el cielo no tenía tantas ganas de llover, más que de llorar.
La columna vertebral de nuestros zapatos se han ido de a poco encontrando
Las señales en un camino de tierra sin pavimentar, desaparecerán algún día
Y ese día, sólo ese día, nos perderemos en alguna calle o escalera
Un gato que irá caminando con nosotros nos verá elevarnos
Accionando los mecanismos que aprendimos antes de saber leer
Teniendo tanto miedo que nada será suficiente
Funcionaba antes todo mejor, hasta este lápiz sin punta
Cuando quería que el aquí fuese infinito, tanto como hoy y ahora
Que las palabras se alargaran tanto que no puediesen escribirse en una página
Cuando los cuadernos tenían muy pocas hojas de papel
Para albergar todo lo que tenía que vomitar sobre ellas porque sí.
Afixiados por una verdad tan poco creíble, entregando los últimos suspiros
Esos que creíamos que callarían algunos llantos escondidos en esquinas.
¿Qué se hace en estos casos? La transición entre un barco y la tierra fértil
Extrañando el agua turbia y añorando las flores creciendo del suelo
Y ahí, en la playa donde nada crece, me voy a sentar a esperar que
La luna se decida a bailar ebria, y yo cantando con mis oídos tapados
Esperaré que de su lado oscuro, emerja el éxtasis que busco en mi pecho que danza
Porque el tiempo se burla de mi en mi cara, me saca la lengua mientras la tierra se mueve
Y, lejos de aquí, en un túnel, un pájaro nace sin algo que hacer
mientras las últimas luciérnagas algumbran la primera noche, con violines.

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