El amargo se convierte en una traición
casi inaudible, de perfil invisible.
Nuevamente, inventar el escenario
de una obra jamás estrenada, sólo
en la falta de otras más horribles.
¿El silencio o la vida eterna?
Cuando atraviesa la garganta,
el sonido festivo a modo de burla,
río al darme cuenta de esta
situación (des)privilegiada.
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