sábado

Soñé que los cuchillos volaban por sobre mi cabeza, aterrizando al lado de mi hermano muerto. Que el oro estaba atornillado a la pared.
Luego, que ya no era mi hermano el que estaba muerto, si no el vientre. Yo prefería esconderme en tiendas de antigüedades.
Pero lograba retroceder el tiempo, su ojo izquierdo estaba pintado de azul, y a pesar de mis esfuerzos por mantenerla despierta, se dormía.

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