miércoles

Uno, dos, tres, probando, probando. ¿Se escucha bien? Perfecto. Aquí empieza mi discurso tan trillado y sucio. He saltado sobre él con mis pies llenos de barro, feliz, inocente. Pero recordándolo, este no es el tema del discurso. El tema era la mariposa que se atascó en mi garganta ayer. Detesto cuando eso pasa y me pasa bastante seguido. La pobre intenta escapar de mis cuerdas vocales pero no puede, mientras más toso mas se atasca. No sé que hacer ya, he pensado en hasta cortarme el cuello para que pueda volar y salga de esa agonía. Pero eso no es lo peor: cuando se me atascan en la garganta esas moscas de alas colorinches solo puedo hablar en su idioma y nadie entiendo lo que intento gritar. Eso se parece un poco a lo que vi ayer en la calle: ella lloraba y él se reía en su cara. Lloraba de risa. Yo también lloro de risa cuando veo el plástico y el papel tirado en la calle. Cuando el olor a viejo viaja hasta mi nariz. Cuando me rompo la nariz para no poder olerlo nunca más. ( No existe olor mejor al de un libro viejo ) ¡Quiero que escuches esto ahora! Son remolinos, huracanes y se llevan el polvo que salio de nuestros delantales amarillos. Amarillos como las sonrisas, como el dolor de pies y como las nubes detrás de un papel celofán. Me gusta ese color, por eso llamo así a mi corazón. El óxido no mata pero tampoco hace más fuerte. Mejor un pájaro en la mano que podrías hacer hoy. ¿Era así? Lo tenía tatuado en el cuello, sangró un poco pero luego cicatrizó. La costra la guardé en una caja con un collage distorcionado en la tapa, y un candado con una llave tan perdida como mis primeros guantes. Dulce de leche se llamaba ese caballo. Cruzó las montañas buscando una risa cansada y cabello despeinado. Se despide y llora. Pero la amnesia es más fuerte que las manos duras. Hoy hice un retrato de tu cara con plumones grises y azules. Como el mar cuando llora y se lamenta. Cuando el mar hace una fogata entre las algas y el humo abraza el sol. Debajo de la alfombra del bano escondí la llave.

1 comentario:

  1. quiza la mariposa necesitaba alguien que la entendiese o que le diera a conocer que las palabras no lo dicen todo y que es mejor a veces no brillar tanto para llamar la atencion.
    concuerdo contigo, no exite mejor olor que el de un libro viejo...

    salud

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