lunes


Estás lejos pero sé donde te encuentras
Te podría ver llover en esa esquina nauseabunda
Te ignoraría, miraría de reojo.
O unos segundos mi mirada te comería
No podré articular palabra
La fiesta empezó, es hora de que me vaya.
El tiempo se acelera, no me doy cuenta
De que gritan agónicos, de que besan desesperados
Se gastan poco a poco los bordes de esta locura
Rompí las paredes con mis propias manos
Ahora están moradas.
Pero almenos ya no lloro.
Ahora soy río desencadenado, soy caricatura grotesca
Bailando al ritmo de la muerte de los días
Respirando aire espeso
Debería, no, miento, no debería dejar de hacer nada.

Las calles se iluminan bajo las estrellas deprimidas, el mundo se achica, se moldea, se deforma y me hundo en el mar oscuro, nado esperanzada de encontrar un tesoro, sabiendo que no encontraré más que piedras. Las malditas piedras que me tiraron un día. Que me daban en la espalda.
Te regalo mis alas. Estan manchadas, quebradas, sucias, rotas. Pero son tuyas para que hagas lo que quieras con ellas. Las puedes guardar en un baúl hasta que ambos no existamos. Serían más últiles así.
Un vaso de olvido porfavor. El mundo brilla hoy.

2 comentarios:

  1. La absurda sátira de la vida.
    me están tratando de enseñar que, nuestras manos, están siempre mejor en nuestro poder, que no se debe delegar nuestra existencia a ajenos de ésta. Independencia, camino a la Iluminación (una cagá super loca y complicada de alcanzar)

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