miércoles

this is a strange world.


No por los mismos motivos, mas bien, por las mismas concecuencias. No hay persecusión ni moretones en mi piel. Pero duele como si existiesen. Cambiaría mi nombre y mi rostro, mi cabello, la forma de mis ojos y mi manera de caminar. Todos saben que no lograría nada con eso, pero suele ser difícil convencer a un inquilino que se alimenta del poco cerebro que me queda. "No tiene solución." Sería más sensato, pero recuerdo que he olvidado el significado de tan soluble palabra. Se disuelve en agua y aceites. Se puede caminar también. Se pueden ver las primeras nubes de un duro otoño. Será un otoño como tantos otros, se manchará, lo pisaré, se romperá, podría cantarlo también. Sería dulce, pero dolería. Todos entienden a lo que me refiero. Aullidos. Ladridos. Ronrroneos. Se mueve en espiral: costras, obsesión, cámaras de video. A la misma hora en el mismo lugar nos cruzaremos y nisiquiera sabré que eres tú. No me gusta predecir el futuro pero conozco, conozco las concecuencias. Toda las palabras que se pueden crear con el abecedario, unas golpean tanto. Lo prometería: prometería que nada de eso existe. Que falacia, ni eso sucedería. Así es, sería y fue en algún momento. Cuando las notas de un piano sonaban aún, distorcionadas por una vibración que no conocíamos. No teníamos idea en que nos metíamos. No me importa, ya no me importa.

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