sábado

Me gusta verlo en agonía, sí, admito que me encanta. Me gusta como el mundo se cae y lejos de mis pies escondes secretos.
¡Y era un día importante! No era motivo suficiente para esconderte entre sábanas? La bicicleta sigue encadenada con brillantes, brillantes cadenas.
Yo caminé, marché al ritmo de las venas del pasto, del barro, del movimiento en desesperación. El papel volaba por el aire, los cantos navegaban con ellos. Y admito nuevamente que amo caminar por el borde, el límite que me separa de la vida. Jugar a la cuerda floja, hacer como que me caigo. Para volver al piso, mientras el polvo me abraza y se mezcla con lágrimas de euforia.
¿Vendrás? Vienes en camino! Y si no eres tú, si no eres nadie como espero que lo seas, será perfecto. Más perfecto que una mueca en la calle, que una palabra robada en tu espalda.
Y el hoy llega disfrazado de mañana, de conversaciones incómodas y miradas punzantes. Pero el tiempo corre rápido y el escape es la sonrisa del in-humano perdido.
Morder parece una buena opción hoy. La gravedad me busca.

1 comentario:

  1. Viene corriendo dos pasos adelante y uno atrás, así que esperad porque demora

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