jueves

Vendimia


Si en un hospital quedase espacio para
una aguja sin punta
un bailarín sin piernas
unas páginas en blanco
tendría una (leve) esperanza
que me apuñalaría por la espalda diciendo:

"Vas a entrar por las puertas que poco esconden,
por los pasillos sin ventanas, y caerás, como siempre
has soñado, por las escaleras."

Pero como me doy cuenta de que
ni las hormigas quieren comer nuestros cadáveres,
escucho que dice:

"Hay gusanos por montones bajo la tierra.
Sólo hay que buscarlos y aplastar todos sus
corazones."

Y la muy puta dice de nuevo:

"Saluda lentamente, sonríe sin que tu rostro te delate.
Espera a que todos se larguen a llorar
y llora con ellos.

Si existes, es porque no has intentado nunca
cambiar esa cómica situación."

Y todos rieron.

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